Con el paso del tiempo, el Yoga ha ganado peso en la sociedad occidental, por supuesto que sus virtudes han sido asimiladas y vanagloriadas por la cultura oriental desde hace más de 5.000 años atrás, sin embargo, en occidente la tendencia se ha evidenciado en auge en las últimas décadas. Desde entonces se han conocido diversos maestros, así como estilos yoguicos, pero además, se ha evidenciado un aumento considerable de lo que llamamos funcionalidades del Yoga, una de ellas guarda relación directa con el proceso de gestación, es decir con el embarazo.
De esta forma, se ha comenzado a hablar de manera frecuente y cada vez con más fuerza, del denominado Yoga para embarazadas. Vale aclarar que este no es considerado un tipo de Yoga específico, sino que se trata de una adaptación de las diferentes asanas, ejercicios de respiración y práctica, a las necesidades de la futura mamá.
Cuando hablamos de Yoga para embarazadas, también estamos haciendo referencia a Yoga para el bebé, porque esta es una de las maneras de fomentar un punto de encuentro armónico entre el pequeño que está por nacer y su madre. Crear un vinculo sano desde el momento de la gestación, es uno de los objetivos de este tipo de clases de Yoga.
En el mundo del Yoga se entiende al embarazo como un regalo de la vida, por ello, se aborda el tema de la gestación y de la futura mamá, con la más absoluta amorosidad y paciencia, entendiendo a este estado como una etapa de profundos cambios, tanto físicos como emocionales, y por lo que se considera un momento ideal para introducirse en esta disciplina, comenzando por las clases de Yoga para embarazadas.
¿Qué es lo que se puede encontrar en esta clase de práctica? En principio, un trabajo físico que permitirá alcanzar cierto grado de flexibilidad, desarrollar la musculatura, especialmente, aquella que está más exigida durante esta etapa, la espalda baja o zona lumbar, la zona de la pelvis y caderas principalmente. Aunque en realidad, todo el cuerpo evidenciará los cambios positivos que genera el simple hecho de mantenerse activa a lo largo de todo el proceso de gestación.
Cuando decimos que ésta también es considerada una clase de Yoga para el bebé, hacemos referencia al simple hecho de que todos los cambios que propicia la práctica de la disciplina en el cuerpo de la mujer y también en su estado mental y emocional, lo benefician de algún modo, porque la embarazada aprenderá a relajarse, a respirar y a potenciar su capacidad de disfrute en este feliz estado, de manera tal que podrá comenzar a forjar desde antes del nacimiento, un vinculo de profundo amor hacia su bebé.
Por ello entendemos que gran parte del objetivo del Yoga para embarazadas reside en el estado mental y emocional de la futura mamá. En tal sentido, algunos de los beneficios que se asocian a la práctica de Yoga durante el embarazo son: relajación tanto física como mental, reducción del nivel de ansiedad tan frecuente en esta etapa, mejoras en el humor, alivio del estrés, disminución de tensiones, entendimiento y aceptación de los cambios que se producen en el cuerpo y en las emociones en el proceso de gestación, esto es precisamente, lo que contribuye a recibir de manera más armónica el parto y con ello, el nacimiento del bebé.
El parto es otro de las instancias en las que la futura mamá podrá evidenciar los beneficios del Yoga para embarazadas, dado que será en este momento, en el que los ejercicios de respiración y relajación se volverán fundamentales, dándole la calma y paz necesaria a la embarazada y con ello, haciendo del alumbramiento un trance natural y para nada traumático.
Se estima que la tendencia del Yoga para embarazadas siga creciendo, conforme se sigan evidenciando los notables beneficios que su práctica ofrece a las futuras mamás, y también al bebé que está por nacer.