El paso del tiempo para muchas personas puede traer numerosos inconvenientes, porque se suele asociar la edad avanzada con deterioro, pensando que es normal que alguien que ha llegado a la ancianidad tenga malestares frecuentes e incluso, esté afectado por enfermedades severas. Sin embargo, podríamos afirmar que esta es una concepción errónea de lo que significa llegar a la tercera edad.
Porque esta etapa de la vida podría ser atravesada con total integridad, con muchas ansias de seguir aprendiendo nuevas cosas, de seguir avanzando y de vivir el trance que queda en el camino, con armonía y felicidad.
Existen diversas actividades que son propuestas a quienes han llegado a la vejez, sin embargo, muchas veces por temor a sufrir alguna lesión, estos deciden no probar qué tal les va con la práctica en cuestión. Entre las más provechosas técnicas que un anciano podría incorporar en su vida, figura la del Yoga.
El Yoga en la tercera edad ha cobrado cierta relevancia en los últimos años, quizás esto se deba a que muchas personas han tomado conciencia de la importancia que tiene mantenerse activos a lo largo de toda la vida. También puede deberse a la propuesta específica de la disciplina, dado que esta se encarga de trabajar no sólo el plano físico del practicante, sino además, el plano mental y emocional, lo que la convierte en una de las prácticas más saludables y completas que al día de hoy se conocen.
El Yoga en la tercera edad, al igual que el Yoga para niños o embarazadas, debe ser empleado teniendo en cuenta las capacidades y también, las limitaciones propias de cada edad o estado. Una persona mayor quizás no pueda realizar las posturas más osadas o exigentes que propone el Yoga, sin embargo, dada la cantidad de ramificaciones que ha tenido la disciplina, será posible encontrar una adaptación de las técnicas yoguicas a las posibilidades de un anciano.
En esta clase de Yoga para adultos mayores, muchas veces, el límite debe ser marcado por el propio practicante, es decir, el Yoga apuesta en este caso, a que el alumno pueda aprender a escuchar a su propio cuerpo y entender así cuando este le pide un descanso, ya que en ningún momento esta disciplina aceptará que el practicante padezca algún tipo de dolor o molestia. De hecho, si se presentara esta clase de factor, inmediatamente se debería suspender la práctica.
El Yoga en la tercera edad apuesta al trabajo de la respiración y meditación, además claro, de las posturas clásicas que permiten potenciar la flexibilidad en el cuerpo, mejorar los movimientos de las articulaciones y fortalecer la musculatura. También se evidencian mejoras en lo que respecta al equilibrio, que en ocasiones es perdido en la ancianidad. Todos los movimientos o asanas realizadas en el Yoga para adultos mayores, potencian la capacidad de relajarse, quitan las tensiones del cuerpo y esto permite alejar problemas típicos de la edad, como el insomnio, la hipertensión o la fatiga crónica. Básicamente, evita el sedentarismo y con ello, mantiene activo al cuerpo y a la mente.
Con la práctica regular de Yoga en la tercera edad se podrá además evitar el deterioro del que antes hablábamos, el envejecimiento prematuro es un mal cada vez más frecuente en la sociedad actual en la que vivimos, mediante esta clase de disciplina esto podrá evitarse también.
Otro aspecto que se verá beneficiado a través del Yoga en al madurez, será el funcionamiento del corazón. Esta disciplina potencia el conocimiento sobre el ritmo adecuado que debe seguir la respiración, esto, combinado con los movimientos específicos, puede reactivar la circulación, evitando así posibles enfermedades cardiacas.
A nivel emocional y mental, el Yoga en la tercera edad ayuda a mejorar las capacidades de la memoria, impulsa la creatividad y relaja la mente, permitiendo disminuir el nivel de estrés y ansiedad. Todo ello beneficia al humor, lo que hace posible que la persona se vea más relajada y a gusto, básicamente, por tener una sensación de bienestar completo.
De todas las actividades propuestas para encarar la tercera etapa de vida, el Yoga se posiciona como una de las ideales ¿porqué no tenerla en cuenta entonces?