¿Es la risa la mejor cura para cualquier malestar? ¿Acaso se trata de un perfecto complemento cuando se padece alguna enfermedad? Estas deben ser las preguntas que quisieron responderse quienes le dieron vida a un nuevo sistema o tipo de Yoga, ¿su nombre? Simplemente Yoga de la risa.
Este es el título que se le ha dado en castellano a una disciplina que recibió el nombre Laughter Yoga, de mano de su creador el Doctor Madan Kataria. Este fue el hombre que postuló a la risa como la mejor medicina, aquella ideal para enfrentar diferentes crisis por las que atraviesa un ser humano, crisis que quizás están relacionadas al aspecto físico y muchas otras, al aspecto emocional o mental, aunque en realidad, el Yoga entiende a las personas como la integración de todos los aspectos.
El Yoga de la risa nació en el año 1995, como decíamos antes, de la mano del Dr. Kataria, quien entendió que la risa podía tener un poder curativo en las personas, aunque este profesional, también comprendió que así como la risa podría ser una perfecta aliada para el ser humano, también lo era la respiración. Por ello, decidió combinar ambos conceptos en lo que primeramente llamó el Club de la Risa, un método que implicaba sin razón aparente comenzar a reír. Esta tendencia tuvo un crecimiento de tal magnitud que hoy se conocen más de 5.000 clubes, los cuales se encuentran distribuidos en más de 50 países y se encargan de ofrecer una alternativa saludable y placentera al dolor, depresión, estrés, enfermedad y demás afecciones.
La filosofía del Yoga de la risa, postula que cualquier persona puede reír sin necesidad de un chiste en particular, de situaciones cómicas o del uso de ciertas sustancias que se encargarían de potenciar este factor. En el caso de la disciplina que protagoniza este artículo, el acto de reír se presenta como algo natural y principalmente como acto grupal. Este quizás sea uno de los puntos más importantes del conocido Laughter Yoga, dado que en la práctica de esta técnica, la risa nace grupalmente y luego se contagia y se vuelve real, espontánea y desde el lugar más infantil y sano que una persona puede despertar.
La visualización del entorno, inmerso en el contexto de la risa, es lo que potencia aún más el desarrollo de la actividad y es de esta forma, como se logra que el hecho de reír nazca de manera natural, sin forzarla, sin pensar demasiado.
Por supuesto que esta clase de Yoga, como decíamos en un principio, también apuesta al trabajo con la respiración como una parte esencial de la práctica, y en realidad, es este acto el que le da el carácter de disciplina yoguica. El flujo de oxigeno se trasladará con mayor fuerza por todo el organismo, al tiempo que se liberan endorfinas y con ello, se genera una sensación de bienestar general perceptible en pocos minutos.
El Yoga de la risa se entiende, en la actualidad, como una de las disciplinas más novedosas y al mismo tiempo, no tan explotadas comercialmente, lo que muchas veces les quita la posibilidad a las personas de que se enteren de la existencia de esta clase de técnica. Sin embargo, el método más eficaz que tuvo este Yoga para darse a conocer fue el boca en boca, ¿qué mejor publicidad que esa?
Y básicamente, el boca a boca funciona porque quienes recomiendan este tipo de disciplina, la han practicado, y esto quiere decir que han sido testigos de la naturalidad con que la risa surge y de los beneficios que se pueden obtener con ello. No se trata sólo de disfrutar de un momento agradable en compañía, sino además de ayudar al cuerpo y la mente a liberar sus tensiones, el estrés, la angustia, el estado de ansiedad, al mismo tiempo, se oxigena todo el organismo, se recargan energías y se transforma la manera de concebir al mundo, ya no con una mirada pesimista ante la realidad, sino con la consciencia de que se puede vivir con una sonrisa en el rostro y mantener la salud mental y física en perfecto estado.