En el mundo actual tan vertiginoso en el que vivimos, no resulta casual que las denominadas terapias alternativas sean hoy de las más elegidas por personas de todas las latitudes. El Yoga, entendida como una disciplina que trabaja lo mental, lo físico y lo emocional es, en tal sentido, la líder en lo que a la popularidad de métodos alternativos respecta y una de las claves de su éxito es el combo que ofrece a quienes deben lidiar con el estrés a diario: relajación, primero física, luego mental y por último, pero no por eso menos importante, espiritual o emocional.
Precisamente, si hablamos del Yoga y mencionamos la palabra relajación, es casi obligatorio hablar de Nidra, una de las tantas ramas del Yoga y una de las que pone mayor énfasis en la función vital de relajar al practicante en su totalidad.
Nidra es un término proveniente del lenguaje sánscrito, cuya traducción suele estar asociada a sueño psíquico, aunque también se lo denomina sueño consciente. Esta técnica debe su origen a Swami Satyananda Saraswati, un maestro yogui que se ocupó de adaptar a la sociedad actual, las técnicas antiguas en las que se apelaba a llevar los planos físico, mental y emocional a un alto grado de relajación y meditación profunda. Yoga Nidra también debe su origen a un sistema tántrico milenario llamado Nyasa.
Es importante destacar que Nidra Yoga es una disciplina que se diferencia del resto porque apela a llevar al practicante al estado entre el sueño y la vigilia, algo que por supuesto, no se logra de un momento para el otro, pero a lo que se podrá llegar sin problemas con la práctica constante y la correcta guía de un yogui especializado. Por ello, se suele recomendar que quienes no tengan experiencia en el mundo del Yoga y particularmente, con esta disciplina llamada Nidra, se introduzcan en el campo de la meditación profunda, de la mano de un maestro.
Aunque, como decíamos antes, el objetivo final de esta técnica es alcanzar el estado entre el sueño y la vigilia, lo cierto es que la práctica ofrece interesantes propuestas al alumno, dado que será posible alcanzar un grado de relajación profunda, primero física y luego mental, este es el primer paso, dentro del esquema propuesto por esta técnica. Esta relajación profunda que promete el Nidra Yoga, atrae a muchas personas a acercarse a la disciplina, ya que en el proceso por alcanzar el objetivo final, se aprenderá a mantener la calma en el cuerpo y la mente, alejando las tensiones y con ello, beneficiando a la armonía física y mental.
La práctica de este tipo de Yoga implica retirar la consciencia de la experiencia exterior. Para lograr esto se emplean diferentes técnicas, se inicia con la resolución afirmativa, la cual se repite mentalmente tres veces al iniciar y otras tres al finalizar; luego se continua con la rotación de la conciencia, este paso implica repasar mentalmente todas las partes del cuerpo; después será el momento del conteo de la respiración; el paso siguiente implica vivenciar sensaciones opuestas; continuar con chidakasha que es la consciencia de testigo, lo que se repite dos veces en el proceso; por último, la visualización es el paso quizás más importante dentro del esquema.
Los beneficios que se asocian a esta práctica hablan del plano de relajación, dado que según su propio impulsor, Saraswati, realizar una hora de Yoga Nidra se puede comparar con cuatro horas de sueño reparador.
La meta del Nidra Yoga es alcanzar la relajación física, mental y espiritual, con el objetivo de lograr, de esta forma, el crecimiento espiritual del individuo. Su práctica sostenida en el tiempo promete verdaderos cambios positivos para el practicante y quizás sea esto lo que convierte a la disciplina en una de las que ha cobrado mayor auge en estos últimos tiempos, posicionándose como la puerta de acceso a la relajación total y con ello, la paz interior.