El mundo del Yoga ha evolucionado de tal manera, que hoy es frecuente toparnos con numerosas técnicas que se desprenden de esta disciplina madre llamada Yoga. Sin embargo, algunas de ellas han alcanzado un mayor reconocimiento en todo el mundo, no sólo gracias a la fuerza que han cobrado las tendencias de oriente en occidente, sino además, gracias a los beneficios que ofrecen a quienes se animan a practicarlas.
Bikram Yoga es precisamente, una de estas técnicas en auge. Para entender mejor de qué hablamos cuando nos referimos a la práctica Bikram, diremos que se trata de una de las más modernas variantes del Yoga, pero que ha evolucionado al punto tal de convertirse en una de las más practicadas, esto principalmente, relacionado a los beneficios que ofrece a quienes llevan a cabo esta disciplina.
Esta es una técnica que nació de la mano del gurú de la India, Bikram Choudhury, en el año 1972. Se conoce también como el Yoga caliente o Hot Yoga, dado que la premisa fundamental de esta disciplina es la utilización del calor como método de trabajo con el cuerpo.
Para ponerlo más en claro, debemos especificar que al practicar esta tipo de Yoga, es necesario que la temperatura ambiente de la habitación en la que se realiza la técnica sea de 42° C. Esto tiene una explicación sencilla, la disciplina Bikram postula el uso del calor como el estimulo a la circulación sanguínea, el aumento de la sudoración, de la flexibilidad para realizar las posturas y con ello evitar las posibles lesiones que pudieran surgir en la actividad.
Del punto anterior se desprende que esta disciplina yoguica es considerada positiva para tratar o al menos, prevenir la aparición de enfermedades vinculadas a la actividad cardiaca, gracias al estímulo de la circulación o también a la depuración del organismo a través del sudor, lo que potencia la desintoxicación del cuerpo.
El Bikram Yoga es puramente físico, una secuencia de 26 posturas, que se conocen como asanas y que provienen de una disciplina yoguica muy popular hoy en día, el Hatha Yoga. Además de las posturas que incluye esta técnica, se incorporan dos ejercicios relacionados a la respiración (pranaiama).
Aunque como bien decíamos antes, el Yoga Bikram apuesta a la exigencia del cuerpo, lo cierto es que eso no implica la limitación de su acceso sólo a aquellos que estén en condiciones físicas óptimas, dado que la técnica es apropiada para practicantes que soporten distintos niveles de exigencia, independientemente de la edad que estos posean.
Cada una de las posturas en las que trabaja esta disciplina se concentra en el estiramiento y elongación, lo que influye positivamente en el fortalecimiento de músculos y articulaciones. Asana por asana se va avanzando en el nivel de exigencia física y con ello se prepara al cuerpo para la siguiente postura, se trata por supuesto de un método progresivo.
Vale destacar, que cada postura o asana tiene su porqué, ya que todas ellas tienen injerencia sobre un sistema del cuerpo. Así se llega a trabajar el sistema circulatorio, el sistema inmune, el respiratorio, el digestivo, el sistema nervioso o el muscular. Por tal motivo, Bikram es considerado uno de los más intensos métodos dentro del mundo Yoga y por tanto, uno de los más completos.
Por supuesto que no se trata sólo de la apuesta por una mejoría en las funciones del cuerpo, sino también, en trabajar la liberación de la mente y adoptar un estado de meditación activa. Existe una concentración requerida en cada asana, que potencia además el control mental y es por este motivo, que no podríamos decir que Bikram Yoga es sólo físico.
Hay quienes lo recomiendan para beneficiar a la salud, existen otros que abogan por su práctica para ayudar a liberar tensiones y como método de aprender a tratar la fuerza de voluntad y la constancia, dado que la exigencia de cada clase de Yoga Bikram es un nuevo desafío para el practicante. Un desafío que tras sortearlo, ofrece una sensación de bienestar tanto físico, como mental.