La dieta juega un papel muy importante en la tradición del yoga, ya que según ella, el alimento que consumimos nos convierte en lo que somos.
Lo que comemos y cómo lo consumimos es lo que define los nutrientes que recibe nuestro cuerpo y la vitalidad y energía que tendrá nuestro ser, la integridad de nuestra mente y espíritu, así como la pureza de nuestro cuerpo físico. A medida que el yoga modifica el vínculo o conexión que tenemos con nuestra complexión, comenzamos a ver el cuerpo como el camino que tenemos para evolucionar globalmente.
En la filosofía yogui, los alimentos se convierten en una ceremonia en la que es esencial demostrar nuestra gratitud por la comida que hemos obtenido por la naturaleza y el alimento se convierte fundamental para nuestro bienestar. La alimentación tiene que ser un ritual realizado de manera totalmente consciente, comenzando desde la selección de los nutrientes que sean beneficiosos para nosotros y el entorno. La preparación de los alimentos debe ser saludable y el instante de comer tiene que ser un momento especial. La alimentación es una ocasión para manifestar nuestro apego a las fascinaciones de la vida, porque al comer estamos brindando a nuestro ser nutrientes para su pleno funcionamiento y renovación.
¿En qué se basa la dieta?
La dieta yogui es nutritiva, balanceada, simple y vegetariana. Los alimentos esenciales que la componen son verduras, frutas, cereales, granos, legumbres, lácteos y semillas. Estos productos deben ser cultivados de manera natural, frescos, fáciles de digerir y tienen que contener un alto valor nutricional. Deben ser fáciles de preparar, de manera que conserven sus nutrientes y sean livianos para una mejor digestión. La comida demasiado cocinada, procesada o refinada termina con sus nutrientes.
La alimentación del yoga tradicional, promueve la paz interior y la intelectualidad y se denomina alimentación sátvica. El yogui siempre busca el equilibrio: satvas. En el universo hay tres diferentes energías: satvas (pureza, equilibrio), rajas (movimiento, estimulación) y tamas (inercia). Los yoguis buscan alimentos que los nutran, en energía (prana), pero además promuevan la lucidez mental y paz.
Estos alimentos deben ser naturales, es decir, cultivados, podríamos decir, de manera orgánica y sin procesar. Esto significa que los productos deben proceder de una tierra sana y fértil que contenga muy pocos tóxicos (tales como pesticidas), no sean modificados genéticamente y sean respetuosos con el medio ambiente. Es sobre todo por esto que la alimentación yogui es vegana.
La dieta en yoga se considera como una terapia o medicina. Es importante elegir de manera cuidadosa los alimentos que vamos a conseguir, debido a que serán la medicina (tanto de manera curativa como preventiva) para que nuestro cuerpo funcione de manera correcta y nuestro cuerpo tenga el equilibrio que requiere. La alimentación yogui es también una forma de nutrirnos para que estemos fuertes y llenos de energía.
Según la filosofía tradicional del yoga, para evitar las enfermedades es necesario que los productos que consumamos sean nutritivos y naturales. Estos alimentos nos ayudarán a purificar nuestro cuerpo, ya que son sencillos de digerir y desechar. Los padecimientos se presentan debido a una interrupción en nuestros organismos (chakras, nadis, emociones, mente), o por no haber desechado las toxinas de manera apropiada.